martes, 27 de diciembre de 2016

RECOPILATORIO 5

 Los compromisos (benditos compromisos) me han mantenido alejado del blog durante un par de semanas.
Durante ese tiempo he participado en el Hay Festival de Arequipa (Perú) gracias a la colaboración del festival y Acción Cultural Española (AC/E). En Perú impartí un pequeño taller sobre novela gráfica y participé en una charla con el autor peruano Jesús Cossío moderada por Daniel Jiménez Quiroz (entreviñetas/revista Larva). Sí, también me harté a Pisco Sour, Cuzqueñas, tiraditos, rocotos rellenos, ceviches... pero lo más interesante fue la gente que conocí en Arequipa, tanto escritores, periodistas y organizadores como voluntarios y arequipeños. Un lujo.


Momento surrealista. "Foto dentro de otra foto" de Flavia Corzo Neisser. En plano, el escritor (teniente-coronel) Carlos Enrique Freyre, con la cámara y rodilla en suelo, el gran Daniel Mordzinski, fotógrafo de escritores. El perro de la base y yo.
 
También visité dos veces Tenerife, me voy a empadronar allá. La primera, para participar en unas jornadas sobre cómic/ilustración organizadas por "Merkarte"y patrocinadas por el Cabildo en La Laguna. Participaban Paula Bonet, Eduardo González y servidor. Hubo presentación de Lamia, charla con Paula y Eduardo (¿cómic vs ilustración?) e impartí un taller para iniciados de tres horas (creo que nunca hablé tanto tiempo seguido). La segunda visita fue una presentación y firmas de mi último tebeo en la librería especializada "La Comicsería".


 Nos alejamos de la fecha de publicación y no acercamos a fin de año. Eso implica que cada vez aparecen menos reseñas/críticas pero empiezan a aparecer las listas de "Lo mejor de 2016".

Arrancamos con las reseñas; la primera viene de Galicia, del blog "Idiosincracia cotidiana" de Roberto Sotómulo (Capitán Latino).

La segunda, aparece en un blog que se ocupa de cómic históricos o que tienen algún tipo de conexión con la historia.

La tercera aparece en la revista Rockdeluxe y su autor es, ni más ni menos, Eloy Fernández Porta, uno de los ensayistas españoles más interesantes (Afterpop, Homosampler...).
La siguiente crítica/reseña corre a cargo de Manuel Darias, decano de la crítica nacional, que sigue escribiendo su columna de tebeos semanalmente y desde hace más de 40 años en el periódico "Diario de Avisos" de Tenerife.
La siguiente reseña aparece en el "Periódico de Aragón", escribe Daniel García-Nieto.

Reseña de Xavi Roldán para la revista Ubikmag.

Reseña de Iñaki Calvo para la wed de Eitb "Pompas de papel" (el comictario).

Reseña en el blog Lavandeira1968.

Pues al final revisando la red salieron unas cuantas reseñas, una alegría/sorpresa enorme.

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Pasamos a las listas, la primera la redacta el todoterreno Borja Crespo (escritor,autor, gestión cultural...)para varios medios. en este caso, enlazo la web "Bi fm".

La segunda, la escribe Acolostico en su blog "Acolostico se escribe con erre".

La tercera, la selecciona Álvaro Pons (la cárcel de papel) para la edición en papel de Babelia (suplemento de "El País").

Como siempre, muchas gracias a todos los implicados por dedicar, desinteresadamente, su tiempo, espacio y letras para que Lamia llegue al máximo de lectores posibles. Sin estos cables, los libros desaparecen en las librerías como lágrimas en la lluvia.

jueves, 1 de diciembre de 2016

HISTORIA DE UNA PORTADA




Al fin he sacado un rato para escribir un post largo. Como había anunciado previamente, toca hablar sobre la portada de Lamia. Iré mezclando impresiones sobre el proceso con una explicación de la imagen final. 

Sobra decir que las portadas venden tebeos, o al menos invitan a que el lector potencial eche un vistazo al interior. Tengo una relación extraña con mis portadas, por un lado me encanta hacerlas, pero por otro generan mucho estrés. Suelen llevar dos o tres días hacerlas, pero ese par de días afecta de manera desproporcionada al trabajo de dos o tres años. Son días de emoción-tensión porque vas terminando y pavor por cómo lo terminas, exigen mucha concentración para que no se te pase nada.

 Siempre dejo la portada para el final, evito cerrarla pronto. No me gusta dibujar el tebeo teniendo presente cómo será la portada, creo que es una imagen que podría marcar el desarrollo de la historia y esta relación debería ser a la inversa. Por eso a lo largo del proceso apunto ideas, aunque sé que probablemente no sirvan para nada. Ocurrió lo mismo con mi libro anterior (Nela, 2013), mientras hacía el libro tenía presente a Nelita escondida entre dos cestas como una almeja, pero la portada definitiva se resolvió con una abstracción geométrica; un triángulo equilátero, dos líneas y los tres colores del tebeo. 


Al final, la simplificación geométrica gustó a algunos y decepcionó a otros, pero lo que es innegable es que ese diseño destacaba en la estantería de novedades. No me enrollo más con Nela, que ya le dediqué un post.

En Lamia también hubo un "plan A" que se fue al traste por dos motivos, uno técnico y otro conceptual. Consistía en hacer un pastiche imitando las cubiertas de las novelas baratas de detectives en los 40s-50s.

La idea era que una portada pintada destacaría entre las novedades y al romper con la estética del interior descolocaría al lector, esa pequeña incertidumbre sería un buen estado para entrar en la historia de Laia. Beto hernandez intentó algo parecido encargando a otro la portada de Chance in Hell y erró el tiro, en The Troublemakers mezcló su estilo con el rollo pulp y quedó algo mejor pero sigue estando a años luz de las portadas en las que no renuncia a su estilo. 


Hablemos de problemas que planteaba esta opción:

  1. Técnicos: destapar los acrílicos me puso en mi sitio, la última vez que pinté tenía 23 años y estaba en 3º de Bellas Artes, de eso hacen la friolera de 15 años (noooooo). Los portadistas de los 40-50 eran artistas-artesanos con una técnica muy depurada. En el mejor de los casos necesitaría un par de meses de ensayo y error para llegar a un nivel de imitación aceptable, pero eso sería conformarse, nunca llegaría al nivel de mi expectativa. Otro problema es que Lamia se editaría en tapa dura, imitar efectos de desgaste, esquinas dobladas ect quedaría ridículo sobre un cartón cubierto de papel brillante. Eso sólo funcionaría sobre un formato pequeño y tapa blanda.
  2. Conceptual: no soy amante de usar referencias en el cómic; canciones, camisetas con emblemas, posters, cuadros, títulos de libros en las estanterías, etc. Entiendo su uso, es una manera directa de describir a los personajes a través de sus gustos… pero casi siempre acaban hablado más del autor que del personaje. Esta portada tenía una doble referencia, la primera ya la expliqué (pastiche pulp), la segunda se refiere a una de mis (aquí está el problema) pelis favoritas “M el vampiro de Düsseldorf” que junto a “Perversidad” tienen ciertos puntos en común con mi historia. La referencia se hacía en el título, manteniendo igual la tipografía de Laia pero sustituyendo la “M” (LaMia) por la del cartel original de la película de Fritz Lang. Lo dicho, un juego de palabras entre título-nombre que en caso de entenderse (lector cinéfilo), cuenta demasiado y además planteaba un montón de problemas de diseño.

Una especie de boceto que hice con una foto de Claudette Colbert. Espejo y letras de sangre aparecen en la trama. Una chica mirándose al espejo es pura tradición, una imagen cargada de simbolismo (recomiendo la lectura de "Imágenes de silencio" Jordi Balló), si además el reflejo mira al lector... La idea era hacer un collage para usarlo como referencia de una pintura realista.



 Descartada esta idea (¡no pienso poner imágenes de mis pruebas de pintura!) me centré en las opciones que fui apuntando mientras hacía el libro.

De izquierda a derecha: la imagen de un feto en el útero (composición circular) / Primer plano de un reloj de bolsillo con un pequeño feto como eje de las agujas / Detective y policía prestos para la acción y la sombra de una serpiente proyectada en la pared. / Detective y policía cagados de miedo con la sombra de la serpiente proyectada sobre ellos, parecido a la portada del MAD #1 de Dios Kurtzman / Estampado de piel de serpiente que se resolvería con pintura realista y sobre ella un reloj (¿?) / Silueta de señora paseando con un carrito/ La última está en la parte de arriba, el hilo del que tiré para resolver la portada, un primer plano de la cara de Laia , aún con la “M” de Fritz.



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 A un par de meses de terminar el interior, la editorial me pidió una portada para enseñar a los distribuidores y la nota de prensa previa. No soy partidario de quemar la imagen del libro con mucho tiempo de antelación, así que opté por hacer una alternativa utilizando la idea del feto.
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Vuelvo al proceso: la portada necesitaba una idea detrás de la imagen, seguía vacía, así que le busqué un propósito; que funcionara como un acertijo visual, adelantando algunos elementos de la historia : tiempo, radio y muerte.

 En la primera imagen, arriba izquierda, aparece la idea de la portada apuntada por primera vez. La segunda imagen es una primera versión.

La imagen de arriba es la primera versión de la portada, ahí el amante del diseño gráfico del skate ochenteno me hizo dibujar el título en plan gore. Pero reducir la masa de blanco de la esfera afectaba al equilibrio de la composición y tapaba el reloj. Además no estaba convencido de la legibilidad y tras un mini sondeo (Javitxu Astiberri, César el Fulgencio y Javi el brodel), modifiqué el título usando la tipografía del fondo a otra escala. Pero el skate no sólo trajo desastres, la idea de colocar un texto tras la imagen viene de una de mis tablas.
 

Fotos nefastas de móvil. CircleA “Anarchy” 1988. También conocida como “Summons”. Circle A era una marca muy punky que duró unos pocos años, el texto de detrás de la imagen es una citación judicial real. Un vecino denunció al dueño (y skater) de la marca por armar gresca en su patio trasero, donde tenía una rampa. Birras, canutos, cristales rotos, pelea, música y…skate.



Además, el texto del fondo (radio) me permitió integrar los créditos tanto en la portada como en el lomo. Evidentemente, no pude hacer esto sin la complicidad de la editorial, que me permitieron sacar el logotipo oficial.
Pliego de imprenta. Los grises se transforman al mostrar una prueba CMYK en pantalla.


Ya había comentado en el post sobre el diseño de personajes que la imagen de Laia surge de la mezclar un personaje pre-Dick Tracy de Chester Gould y dos actrices de los años 30-40: Claudette Coldbert y Myrna Loy. 
 
 Un poco de Myrna Loy que ya mostré una imagen de Claudette.
El formato de Lamia es enorme y la imagen de Laia es tan sintética que al ampliarla para la portada la imagen no acababa de funcionar. El primer plano (reloj) se confundía con el segundo (cara) dejando una imagen plana, en parte porque sólo quería usar dos tonos de gris para resolver la portada. Lo solucioné cambiando el registro icónico, en cristiano: hice una versión más realista de Laia apoyándome en las fotos de las actrices para componer los volúmenes de la cara a partir de una sombra de trama manual, recurso que aparece en el interior. El eje de la cara no coincide con el eje de la portada para que la esfera del reloj quedase más centrada y se viera mejor el brazo (fuera de plano) que lo sujeta.

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Poco más queda por decir, portada destripada. Si tuviera que resumir mi intención, diría que intenté diseñar una imagen impactante (destacar en la librería), armónica, acorde con el estilo del interior y que plantease una pregunta al lector que, con suerte, querrá saber cómo conectan los cuatro elementos.